Portada original de la constitución. |
Hace exactamente 200 años fue promulgada por las Cortes Generales la primera constitución de la historia de España, que es conocida popularmente como “La Pepa” ya que fue publicada un 19 de marzo de 1812, día de San José. Sucedió en Cádiz, durante la Guerra de la Independencia, una ciudad entonces superpoblada, refugio de miles de españoles que huían del invasor.
Las fuerzas napoleónicas asediaban la ciudad, pero aun bajo el bombardeo francés, el texto salió adelante.
Para su redacción se tomaron como base las constituciones de países como los Estados Unidos o la misma Francia, pero la redactada en Cádiz supero a ambas en cuanto a modernidad y liberalismo, un texto bastante avanzado para la época y que inspiró posteriormente a los textos constitucionales de otros países europeos y americanos. En su confección participaron clérigos, juristas, militares, nobles, catedráticos, funcionarios, comerciantes e incluso representantes de las distintas colonias españolas en el mundo.
“La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. Así arrancaba el primer artículo de la constitución de 1812, que otorgaba la nacionalidad española a los habitantes de los distintos territorios bajo poder español en ambos hemisferios.
Y al citado artículo le seguían otros muchos más, hasta completar los 384 (la constitución actual solo tiene 169), artículos repletos de avances sociales que a día de hoy vemos con total normalidad pero que hace dos siglos no lo eran en absoluto, y que supusieron un primer paso hacia la supresión del Antiguo Régimen.
Monumento erigido en Cádiz para conmemorar el centenario de "La Pepa" (1912). |
La carta magna recogía principios tan importantes y avanzados en aquel "joven" siglo XIX como la división de poderes, establecía por primera vez la soberanía en el pueblo, prohibía las detenciones arbitrarias, permitía la libertad de prensa, la libertad individual, el derecho a la propiedad o la inviolabilidad de domicilio.
Pero esta novedosa constitución solo estuvo “en vigor” (coloco esto entre comillas porque en la mayor parte de la península no se aplicaba al encontrarse bajo control de los partidarios de José Bonaparte) hasta 1814, cuando Napoleón, obligado por las derrotas sufridas, se vio obligado a firmar la paz y reconocer a Fernando VII como rey de España.
Al regresar Fernando VII a España abolió la reciente constitución, que limitaba bastante su poder y sus arcas. Aunque volvió a aprobarse durante el trienio liberal (1820 a 1823) y de 1836 a 1837, sustituida por una nueva carta magna.
A esta celebración del 200 aniversario de la primera constitución española se ha unido Google, que en su página española (.es) le ha dedicado un “doodle”.
Y disculpad que no actualice la bitácora muy a menudo pero el tiempo no me lo permite.
No se puede negar la importancia de este texto constitucional. Lástima que este primer intento de liberalismo durase tan poco y que la llegada de "EL DESEADO" echara al traste todos los planes que tanto había costado cuajar.
ResponderEliminarUn saludo!
"Viva la Pepa", lastima que le gánese la partida el tenebroso "Vivan las caenas", y ya se sabe que 2de aquellos polvos vienen estos lodos".
ResponderEliminarMil saludos
Buenas Viriato.
ResponderEliminarReseñable es también su artículo segundo, sobre todo cuando uno ve la España del presente en la que una pandilla de plutócratas se han adueñado del sino del país al amparo de unas siglas que no representan lo que dicen ser. Rezaba aquel precepto: La Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna persona o familia. Quizás la técnica jurídica no era la mejor, pero sí las declaraciones de principios que contenía.
Un saludo y ¡viva la Pepa!
Bonito artículo sí:
EliminarArt. 2º.
La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
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Muy enriquecedor tu escrito; me ha gustado saber más, de algo que no tenia ni ..... idea.
ResponderEliminarMe ha hecho mucha " gracia" leer esta parte de la Constitución:
ART. 12 del capitulo II
La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.
Un saludo a todos y enhorabuena por tu aporte de la historia.
Pensaba en muchas provincias de nuestra España, en las que otras religiones IMPONEN sus "edificios" parea ejercer sus rezos y costumbres.
Me alegra que te parezca enriquecedor mi artículo, bienvenido a La Guarida.
EliminarPensé en redactar algo parecido aunque creo que has escrito
ResponderEliminarmás referente a el tema, creo que google es de verdad tu aliado.
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