lunes, 31 de octubre de 2011

La Rochela: Primera utilización de artillería de a bordo


No hace falta acudir a los siglos XVI o XVII para encontrarse una gran victoria española. En el siglo XIV, de la mano del Reino de Castilla, se logró una victoria aplastante contra Inglaterra. Además se trató de una batalla naval, algo que a los ingleses les tuvo que tocar la fibra, puesto que hasta entonces ellos dominaban el Océano Atlántico.

Escudo de la Corona de Castilla
El 20 de junio de 1372 y en el desarrollo de la batalla de los 100 años, el conde de Pembroke (Juan de Hastings, yerno del rey Eduardo III de Inglaterra) acudió al puerto de La Rochelle comandando una armada inglesa de 50 barcos.

La Rochelle (en español La Rochela) era una ciudad inglesa situada en lo que hoy es Francia. Los franceses la estaban sitiando, y la citada flota inglesa acudió en auxilio de los asediados.

Castilla, aliada de Francia en la guerra, acudió para apoyarle por mar en el asedio. El día 21 llegó al puerto la armada castellana de 20 ó 22 barcos (no se sabe exactamente la cifra correcta), al mando del genovés Ambrosio Boccanegra. Poco tardaron los castellanos en darse cuenta que no tenían la más mínima posibilidad, los ingleses poseían más del doble de barcos, además de ser mucho más grandes y poderosos. Pero como más vale maña que fuerza Boccanegra ordenó la retirada.

Pintura de la Batalla de La Rochelle

¿Por qué maña? Pues porque si los navíos ingleses eran más grandes, también eran de mayor calado y podían quedar varados si perduraban en el puerto hasta la bajada de la marea.

Cuando se produjo la bajamar, el día 22, la flota inglesa quedó varada en el puerto, tal y como se esperaba, entrando entonces los castellanos con sus, más pequeños, barcos. La batalla fue una auténtica paliza, para los británicos por supuesto. Los castellanos usaban, por primera vez, artillería de  a bordo.

Fotografía de la entrada al puerto
de La Rochelle en la actualidad.
Los anglosajones perdieron la totalidad de su flota: barcos hundidos, quemados o capturados. Ocho mil (sí, 8.000) ingleses fueron apresados y no hay muchos datos de sus muertos.

¿Bajas castellanas? Ni un barco perdido. Entre los hombres castellanos he encontrado poco, o nada, en la red, se habla de escasas, insignificantes o nulas bajas.

Cabe destacar, que casi todos los prisioneros ingleses fueron perdonados y liberados poco después. A excepción de algunos caballeros importantes, y del propio conde de Pembroke, por los que se pidió una recompensa.

Algunas fuentes mencionan que los barcos castellanos ya se encontraban en La Rochela cuando llegaron los ingleses, produciéndose entonces la retirada hispana. Yo he dado por buena la versión que os he narrado pero vamos, que el resultado es el mismo en ambas interpretaciones.

viernes, 28 de octubre de 2011

Premio "DE MI PARTE"

Esta entrada es para informar que el blog ha recibido el premio "De Mi Parte", de parte (valga la redundancia) de nuestra página amiga Memoria Residual.

Tras aceptar el premio hay que decir 3 verdades y 3 mentiras sobre uno mismo, y compartir el premio con otras cinco páginas.

Mis verdades serían:
1. Soy un hombre.
2. Me gusta la historia, entre otras millones de cosas.
3. Este blog es de lo mejorcito :)
Las mentiras:
1. Odio la cerveza.
2. Soy un jubilado.
3. Estoy forrado.

Y las páginas elegidas para compartir el premio: La propia Memoria Residual, C.S. Peinado, El Blog de Vicente Rubio, Cuba Española y Manu Militari. Todas las bitácoras elegidas tratan, o tocan, temas históricos. Muy recomendables.

martes, 25 de octubre de 2011

¿Sabías que...

...los Tercios españoles recibían ese nombre porque estaban formados por tres tipos de unidades: arcabuceros, piqueros y rodeleros? Aunque hay otra teoría que dice que el nombre de "Tercio" viene de la legión romana que operó en Hispania, la "Tercia".


...los Tercios españoles fueron el primer ejército moderno europeo, formado por voluntarios profesionales?

...los Tercios españoles eran la élite de las unidades militares de la época?

viernes, 21 de octubre de 2011

Histórico comunicado de ETA

Ayer, 20 de octubre de 2011, la banda vil, asesina, criminal, nociva y terrorista ETA hizo publico un comunicado, a través del "imparcial" periódico GARA en el que anuncia el fin de sus atentados.

Antes de analizar este anuncio etarra es conveniente mencionar el resultado de la "conferencia de paz" realizada en San Sebastián hace cuatro días, que culminó con una lista de cinco condiciones que deben cumplirse para conseguir la "paz" y acabar con la "última confrontación armada de Europa". Que tiene tela que ahora se le llame así a los actos terroristas. Resumiento, los 5 puntos citados son, literalmente, estos:

1. Llamamos a ETA a hacer una declaración pública del cese definitivo de la actividad armada, y solicitar diálogo con los Gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.

2. Si dicha declaración fuese realizada, instamos a los Gobiernos de España y Francia a darle la bienvenida y a aceptar iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.

3. Instamos a que se adopten pasos profundos para avanzar en la reconciliación, reconocer, compensar y asistir a todas las víctimas, reconocer el dolor causado, y ayudar a sanar las ideas personales y sociales.

4. En nuestra experiencia de resolver conflictos hay, a menudo, otras cuestiones que, si son tratadas, pueden ayudar a alcanzar una paz duradera. Sugerimos que los actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cuestiones políticas, así como otras relacionadas al respecto con consulta a la ciudadanía, lo cual podría contribuir a una nueva era sin conflicto. En nuestra experiencia, terceras partes observadoras o facilitadoras ayudan al diálogo. Aquí, el diálogo también podría ser asistido por facilitadores internacionales si fuese decidido por las partes involucradas.

5. Estamos dispuestos a organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones".

Algunas de las personalidades que acudieron a la
Conferencia de Paz de San Sebastián (Guipúzcoa).

Ahora volvamos al comunicado de ayer. En el vídeo (que abajo os muestro) un portavoz de la organización criminal muestra el contento de ETA por el resultado de la "conferencia de paz". Hablan de que se está a tiempo de dar una resolución "justa" y "democrática" al "conflicto político". Incoherencias y más incoherencias. Todo el vídeo sigue la misma línea, ellos son los buenos, y el Estado español "violento y represor".

Argumentan que gracias a su lucha durante estos largos años se ha llegado a este punto, cercano a la resolución del conflicto. Que muchos compañeros (suyos) se han dejado la vida en el camino, otros están presos y otros en el exilio. A todos ellos homenajean en el comunicado.

Ya casi al final de su anuncio, pronuncian la frase, esperada desde hace 50 años, "ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada". Cese de su actividad armada, no hablan de disolución de la banda, ni de entregar las armas. Espero que se dignen a cumplir su palabra, por una vez en la historia y no vuelvan a matar por la espalda a un inocente cuando vean que los gobiernos español y francés no reconocen la independencia de Euskal Herria.



Y tú, ¿les crees?

miércoles, 19 de octubre de 2011

Las monjas y la bandera

No acostumbro a copiar/pegar textos, pero con el gran Arturo Pérez Reverte me permito alguna excepción. Éste es uno de sus artículos publicados en XL Semanal. No es de sus escritos más actuales (tiene ya más de un año) pero sí de mis favoritos.

Hace algunos años, en el canal de entrada de San Juan de Puerto Rico, frente a los castillos del Morro y San Cristóbal, me llamó la atención una enorme bandera española que alguien ondeaba en un edificio blanco próximo a la embocadura. «Son las monjas», dijo quien me acompañaba, que era mi amigo y editor en Puerto Rico Miguel Tapia. «Y eso es que está entrando un barco español.» No hablamos más en ese momento, pues estábamos ocupados en otras cosas; pero lo de la bandera y las monjas me picó la curiosidad. Así que después procuré enterarme bien del asunto, que resultó ser una bella historia de lealtades y nostalgias. Algo que realmente comenzó hace más de un siglo, el 16 de julio de 1898. 

Aquel fue el año del desastre. Trece días antes, la escuadra del almirante Cervera, que había salido a combatir sin esperanza en el combate más estúpido y heroico de nuestra historia, había sido aniquilada en Santiago de Cuba por el abrumador poder naval norteamericano. Los buques de guerra yanquis bloqueaban la isla de Puerto Rico, impidiendo la llegada de refuerzos y suministros a las tropas cercadas. En esas circunstancias, el Antonio López, un moderno y rápido buque mercante que había salido de Cádiz con armas y pertrechos para la guarnición, recibió un telegrama con el texto: «Es Que Usted Haga Llegar Preciso El Cargamento Un Puerto Rico Aunque Sí Pierda El Barco». Veterano, disciplinado, profesional, con los aparejos en su sitio, el capitán del Antonio López, que se llamaba don Ginés Carreras, intentó burlar el bloqueo estadounidense. No lo consiguió. El 28 de junio, cuando navegando sin luces y pegado a la costa intentaba entrar en San Juan, fue localizado por el USS Yosemite, que lo cañoneó. El capitán Carreras logró escapar a medias, varando el barco en Ensenada Honda, cerca de la playa de Socorro, desde donde en los días siguientes intentó llevar a tierra cuanto podía salvarse del cargamento. Pero dos semanas más tarde, el USS New Orleans se acercó para dar el golpe de gracia, destrozándolo a cañonazos. 

Fue entonces cuando se tejió la historia que les cuento. Bajo el bombardeo, un tripulante del Antonio López, que se había atado la bandera del barco a la cintura antes de echarse al agua para intentar ganar tierra a nado, llegó gravemente herido a la orilla. Nunca pudo averiguarse su nombre, pues murió en brazos de un puertorriqueño de los que acudieron a ayudar a los náufragos. «Que no la agarren», suplicó el marinero mientras moría, señalando la bandera. Y el puertorriqueño cumplió su palabra, quizá porque se llamaba Rocaforte y era de padres gallegos. Hombre supersticioso o religioso, y en cualquier caso hombre de bien, por no incumplir la demanda de un moribundo, la guardó en su casa durante años. Y al fin, un día, pensó en las monjas. 

Eran españolas, de las Siervas de María, instaladas en la isla desde 1897. Atendían un hospital junto a la boca del puerto, y permanecieron allí después de la salida de España y la descarada apropiación de la isla por los Estados Unidos. Acabada la guerra, las hermanas, con la natural nostalgia, adoptaron la costumbre de saludar desde la galería del hospital, agitando sus pañuelos, cada vez que un barco de su lejana patria entraba o salía en el puerto. Eso dio a Rocaforte la idea de confiarles la bandera. Se presentó en el hospital, contó la historia a la madre superiora, y le entregó la enseña. Y desde entonces, cuando entraba o salía de San Juan un barco español, las monjas hacían ondear en la galería, en vez de pañuelos, la vieja bandera del barco perdido. 

Todavía lo hacen, un siglo después. De las veintisiete monjas que atienden hoy el hospital de las Siervas de María, ya sólo cinco son compatriotas nuestras. Pero cada vez que un barco español pasa frente al hospital, navegando lentamente por la canal de boyas, su capitán cumple el viejo ritual de dar tres toques de sirena y hacer ondear la bandera en respuesta al saludo de las monjas, que desde la galería agitan la suya. De haberlo sabido, aquel anónimo marinero del Antonio López que hace ciento doce años se arrojó al mar, intentando ganar la playa bajo el fuego norteamericano con la enseña de su barco atada a la cintura, estaría satisfecho. Me pregunto si quienes salieron a la calle tras el último partido del Mundial de Fútbol, llenándolo todo de colores rojo y amarillo, serían conscientes de que se trataba de la misma memoria y la misma bandera. Y de que, al ondearla con júbilo en calles y balcones, rendían también homenaje a tanta ingenua y pobre gente que, manipulada, engañada, manejada por los de siempre -«Aunque Sí Pierda El Barco», ordenaron los que diseñan banderas pero nunca mueren defendiéndolas-, cumplió honradamente con lo que creía eran su deber y su vergüenza torera. Y esto incluye a las monjas de San Juan.

lunes, 17 de octubre de 2011

Mozos de Escuadra, un cuerpo monárquico y español


La creación de los Mossos d’Esquadra no es nada actual. Más de un siglo antes de la creación de la Guardia Civil.
 
El origen de este cuerpo se remonta al año 1714, acabada la Guerra de Sucesión Española que enfrentó a los fieles a Felipe V (de la casa Borbón) contra los leales a Carlos VI (de la casa de Habsburgo). El conflicto se resolvió con la victoria de los seguidores del monarca Borbón.

Nació en Tarragona un cuerpo con el nombre de “Esquadres de Catalunya”, extendiéndose más tarde a la totalidad de Cataluña. y su misión principal era la de garantizar la seguridad ciudadana en las zonas más rurales de la comunidad, pero no la única. Entre sus cometidos estaba el de perseguir y ajusticiar a todos los austracistas (fieles a Carlos VI) posibles, dejando claro la orientación borbónica del cuerpo.

En su uniforme hay claras muestras de esta orientación de la que hablo, puesto que sus colores azul y rojo son los de la corona francesa, de donde descendía el monarca Felipe V de España.

Estas escuadras perduraron hasta 1868, que fueron “sustituídos” por la Guardia Civil.

Desfile de Mozos de Escuadra con uniforme de gala.

Bastantes años más tarde, los nacionalistas catalanes tuvieron la genial idea de recuperar este cuerpo, con el nombre de “Mossos d’Esquadra” y darle un carácter distinto al original, pretender que sean la policía del estado de Catalunya, y no la de la comunidad autónoma española de Cataluña y ser, como sus antecesores, un cuerpo policial MONÁRQUICO y ESPAÑOL.

viernes, 14 de octubre de 2011

Filmografía: La División Azul en "Ispansi"

Bandera de la URSS.
Hace no mucho que se ha estrenado la película "Ispansi (Españoles)". Trata sobre un grupo de españoles republicanos y varios niños huérfanos que, huyendo de la Guerra Civil Española, llegan a la Unión Soviética. Meses después de su llegada comienza su infierno y aventura: La Segunda Guerra Mundial.

El vídeo que os presento es una escena de la película. En ella el protagonista se encuentra, junto a varios guerrilleros también españoles, a punto de ser fusilados por un oficial nazi. Cuando aparecen los divisionarios evitan que los maten y... bueno mirad el vídeo.


Desconozco si realmente pudo ocurrir algo así (de hecho, no lo creo), lo que si os confirmo es que se dieron muchos casos en los que soldados de la División Azul ayudaron a compatriotas españoles, pese al haber sido enemigos durante la guerra civil.

Por cierto, con este clip inauguro el canal de youtube del blog. Canal LaGuaridaDeViriato.

martes, 11 de octubre de 2011

Juan de Lepe, rey de Inglaterra

Juan de Lepe era un marino español que comenzó a trabajar para un magnate inglés, de tal forma que no sé cómo, el mismísimo rey de Inglaterra, Enrique VII requirió sus servicios (como bufón, al parecer) y aquí comienza esta pequeña historia.

Se convirtió en íntimo del rey inglés, con quien pasaba largos días jugando al ajedrez o las cartas, con alguna apuesta de por medio. Poca cosa tratándose de un monarca. Pero un día, y pensando que Juan se echaría atrás, el rey apostó la soberanía de Inglaterra (durante un día), que convertiría a Juan en el rey de Inglaterra durante 24 horas.

Enrique VII de Inglaterra.
Obviamente (y digo obviamente porque si no no tendría gracia esta anécdota) el lepero ganó la partida, convirtiéndose en Juan de Lepe, Rey de Inglaterra. Sería conocido por los ingleses como The little King of England (El pequeño Rey de Inglaterra), debido a su corto, cortísimo, reinado.

Pero nuestro pequeño rey no perdió el tiempo (dudo que durmiese durante ese día) y organizó fiestas para celebrar su nombramiento. Aprovechó para hacerse con un buen montón de riquezas y el permiso para llevárselas a España.

Tras la muerte de Enrique VII, Juan volvió a Lepe con su “botín”, donde disfrutó de la “jubilación” pero también donó parte de su fortuna al convento franciscano de Nuestra Señora de la Bella de Lepe, con la condición de ser enterrado allí, con un epitafio en el que figurasen sus hazañas.

La tumba de Juan no se conserva, pero se sabe que se realizó su deseo gracias al testimonio del padre Francisco de Gonzaga en el libro Origine Seraphicae Religionis de 1583, que dice:

En la Iglesia de este convento (Ntra. Sra. de la Bella) aún se ve el sepulcro de cierto Juan de Lepe, nacido de baja estirpe del dicho pueblo de Lepe, el cual como fuese favorito de Enrique VII rey de Inglaterra con él comiese muchas veces y aun jugase, sucedió que cierto día ganó al rey las rentas y la jurisdicción de todo el reino por un día natural, de donde fue llamado por los ingleses el pequeño rey…

PD: Y no es un chiste.


Había que poner algún chiste, lo siento...

viernes, 7 de octubre de 2011

Castelnuovo, otra derrota admirable


No es la primera vez que escribo sobre una derrota española en un combate o guerra. Y no es porque no existan logros militares de los que hablar, ni mucho menos, sino porque cuando pierdes, demuestras lo bueno que eres.

Ubicación de Castelnuovo.
En 1538 el Tercio de Nápoles conquistó Castelnuovo (actual Herceg Novi, Montenegro), durante la guerra que enfrentó a la Santa Liga (España, Venecia, Austria y los Estados Pontificios) y el Imperio Otomano.

Al año siguiente los turcos estaban decididos a recuperar la ciudad. A modo de avanzadilla, el 12 de julio de 1539, llegaron los primeros barcos musulmanes. Tomaron tierra alrededor de mil soldados, que fueron atacados por tres compañías del tercio español que salieron a su “caza”, obligándoles a retirarse al mar.

El día 18 alcanzó la ciudad Jeireddín Barbarroja, con el grueso de su ejército, y comenzó con los preparativos para la batalla (desembarcar y repartir la artillería, construir fortines y trincheras, etc). Poco más tarde arribó por tierra Ulamen, gobernador de Bosnia, con 30.000 soldados, que se unieron a los 20.000 de Barbarroja. Sí, 50.000 en total. ¿Y los españoles de la ciudad? Pues 3.000, pero eran del Tercio.

La inferioridad numérica no era el único problema de los defensores. Escaseaban los suministros, de alimentación y munición. Bloqueados, sin posibilidad de escape.

Soldados de un Tercio español.
Los primeros intentos turcos por conquistar Castelnuovo fracasaron pero estaban seguros que tarde o temprano la ciudad caería. Era cuestión de tiempo, su superioridad era inmensa. Ofrecieron a los sitiados una rendición honrosa (conservarían sus armas y banderas, se les aseguraría la llegada a Italia y se otorgarían 20 ducados a cada soldado). Gracias a los escritos de Juan de Alcaraz y Francisco de Tapia, dos de los pocos que lograron llegar a Nápoles tras la batalla, sabemos la respuesta de Francisco de Sarmiento, comandante de la fuerza española: “...el maestre de campo consultó con todos los capitanes, y los capitanes con sus oficiales, y resolvieron que querían morir en servicio de Dios y de S.M., y que viniesen quando quisieren”

Jenízaro, unidad de élite.
Jeireddín Barbarroja.
Entonces la artillería otomana comenzó a funcionar. Durante días acribillaron Castelnuovo hasta reducirlo a escombros. Ya sin murallas que defender, los soldados del tercio que quedaban con aliento se enfrentaron a las tropas enemigas. No se rindieron. Como diría el Capitán Alatriste: “Esto es un tercio español”.

Murieron 2.800 españoles, y los 200 restantes fueron apresados, que de seguro poco tiempo durarían con vida. Pero las bajas musulmanas fueron mayores, MUCHO más mayores. Aproximadamente 20.000 otomanos dejaron su vida en el asalto. Entre ellos la casi totalidad de los jenízaros (unidad de élite otomana) que participaron en el sitio.

Barbarroja, al enterarse que entre los prisioneros estaba Machin de Monguía (valeroso soldado español al que admiraba desde su actuación en la batalla de Prevesa) le perdonó la vida y le ofreció un puesto en su ejército. Machín fue degollado tras rechazar la oferta turca.


50.000 contra 3.000, una diferencia apabullante, pero le echamos un par.

martes, 4 de octubre de 2011

El Batallón Alpino en la Guerra Civil


Esquiadores del Batallón Alpino.
En agosto de 1936, pocas semanas después del inicio de la guerra, el bando republicano creó el Batallón Alpino con el objetivo de defender hasta primavera la sierra de Guadarrama, en Madrid.

La unidad se componía de escasos 1.000 hombres, la mayoría miembros de las sociedades alpinas madrileñas y habitantes de los pueblos de la sierra, con conocimiento del terreno pero que, en algunos casos, no habían visto nunca unos esquís. Fueron entrenados especialmente para el combate en alta montaña y vestían uniformes rusos de esquiador.

Puede verse la estrella del gorro, al ser los
uniformes cedidos por la URSS.
Ocupaban una línea defensiva de entre 40 y 50 kilómetros de largo. Tuvieron que hacer frente a varios ataques, entre ellos es significativo el que sufrieron en marzo del 38. Durante la noche del día 10, hasta 300 soldados nacionales (entre Requetés y Regulares) se aproximaron sigilosamente, con los cascos de las mulas cubiertos por trapos, hasta el frente republicano. Los apenas 30 esquiadores del batallón alpino que defendían esa línea de frente rechazaron el ataque, pese a la superioridad en número y en equipamiento de los asaltantes, que poseían además artillería ligera.

Testimonios

En uno de los combates en los que se intercambiaban disparos nacionales y republicanos de una trinchera a otra, un soldado del Batallón Alpino gritó: “¡Pero no dispares más, hombre, que le vas a dar a alguien!” ¡Y pararon!.


Y este hecho no es lo único que sorprende de los testimonios de supervivientes del batallón, entrevistados por El País"Otras veces oías: ¡No me cago en tu padre porque seguro que es el mío!".


"Organizábamos encuentros con el enemigo. Ellos tenían tabaco de Canarias, y nosotros, papel de fumar de la fábrica de Alcoy, así que nos lo intercambiábamos. Incluso organizamos un partido de fútbol...", cuenta José Iturzaeta, de 90 años.

Le interrumpe Piter. "¡Ese partido lo organicé yo! Bajé a hablar con ellos [los nacionales] a La Granja y, cuando volví, el mando me quería fusilar por confraternizar con el enemigo. Ya habían escrito mi condena de muerte. Al final me libré porque otro mando intercedió...".

No se que os parece, pero a mí me ha resultado de lo más curiosa esta entrevista (que ya tiene tiempo) a los supervivientes, sobre todo las frases y textos que he destacado, pero tras el enlace tenéis sus declaraciones completas.

Fuente: EL PAÍS.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...