jueves, 31 de mayo de 2012

Twitter de La Guarida

La Guarida de Viriato da un paso más en su intento de expandirse lo más posible. Primero fue Youtube, luego Facebook y ahora nos adentramos en el curioso mundo de Twitter.

Os animo a todos los seguidores, lectores y visitantes de esta bitácora a seguirme a la cuenta de Twitter @GuaridaViriato. No os arrepentiréis.


lunes, 28 de mayo de 2012

Las conquistas de Ambrosio de Spínola


Ya os he hablado algo sobre Ambrosio de Spínola, este genovés que fue uno de los más conocidos generales del Siglo de Oro Español.

Quería compartir con quien me lea, una fotografía que he encontrado vía Twitter de un grabado que se encuentra en el Rijksmuseum (Museo Nacional de Ámsterdan) en la que figuran las distintas plazas tomadas por Spínola en El Palatinado (sudoeste de Alemania) en el marco de la Guerra de los Treinta Años.

Son un total de 56, entre ciudades y castillos.

(Click para ampliar)
  

lunes, 21 de mayo de 2012

El pueblo fantasma de Belchite


Barricada Carlista en Belchite.

El 24 de agosto de 1937 el ejército de la República Española asedió la ciudad zaragozana de Belchite, en poder del bando nacional, en una maniobra parte de la operación desarrollada para la toma de Zaragoza. Los republicanos se hicieron con Belchite el 6 de septiembre, pero cometieron el error de destinar tan ingente cantidad de hombres y recursos a la toma de esta población que les costó el fracaso de la conquista de Zaragoza.

Pero si volvéis al titular de esta cápsula histórica veréis que no voy a centrarme en el combate, sino en el pueblo en sí ya que, 75 años después de la cruenta batalla, permanece igual, con edificios derrumbados en los que se pueden apreciar las huellas de la guerra.

Belchite nunca se ha reconstruido. En octubre de 1954 se inauguró el “Pueblo Nuevo de Belchite”, una población erigida junto a las ruinas de los edificios devastados por la contienda, ruinas que hoy se conocen como “Pueblo Viejo de Belchite”.

El Pueblo Viejo ha quedado como ejemplo del horror de una guerra, para que no vuelva a suceder. Aunque el motivo exacto de su no reconstrucción fue que Francisco Franco quiso utilizarlo como prueba de que el bando republicano se había excedido en sus asaltos.

Fuere como fuere así está el pueblo a día de hoy:


Pueblo Viejo de Belchite en invierno.

Iglesia de San Agustín.

Cúpula de la Iglesia de San Agustín.

Viviendas del Pueblo Viejo de Belchite.

Diversos edificios del pueblo.

Y lo de pueblo fantasma no solo es porque, obviamente, no viva nadie en esta parte “vieja” de Belchite, sino que se dice que en este lugar suceden cosas “extrañas”, cosa que no me extrañaría teniendo en cuenta la cantidad de muertes que se tuvieron que producir. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Premio "Liebster"

Saludos a todos y, antes de nada, disculpadme por mi escasa actividad y actualizar tarde, mal y nunca, pero saco el tiempo de donde puedo.

La entrada de hoy es simplemente para dejar constancia del último galardón otorgado a La Guarida, que llega de la mano de la página amiga Saber Historia. Nuevamente es uno de esos premios, que si bien no tienen mayor relevancia, deja entrever que hay "compañeros" que aprecian tu trabajo, al ser una condecoración que navega de bitácora en bitácora.


Como es habitual en este tipo de premios, debo nombrar a cinco bitácoras. Casi siempre cito las mismas, que son las que más visito, cuando el tiempo me lo permite:

miércoles, 9 de mayo de 2012

Honor Benemérito en Cuba


Guardias Civiles de servicio en Cuba, año 1892.
Durante la guerra en Filipinas y Cuba sucedieron muchos episodios dignos de ser recordados. Situaciones sobre las que siempre comento en la bitácora que debieran ser presentadas en la gran pantalla. Un ejemplo de ello os traigo a continuación.

Pueblo de Dolores, Cuba, año 1895. Trescientos insurrectos cubanos entran en el poblado y se dirigen hacia el Puesto de la Guardia Civil del lugar, donde se encuentran guarnecidos once guardias civiles.

Los rebeldes hacen llegar a los guardias una carta en la que les conminan a abandonar el lugar, y que dice literalmente:

"Sr. Comandante de Puesto de la Guardia Civil de Dolores: Muy señor mió, por orden Superior y que bajo ningún pretexto puedo dejar de cumplir tengo que tomar el fuerte que usted ocupa mañana a las nueve sin falla. 
Yo para no cometer un acto infame y dar muerte "terrible" a ustedes, que serán víctimas de su Gobierno, ¡es advierto esto, para si quieren entregarse sin formar combate y librarse de perecer lo dos si se oponen al rendimiento. Usted, si se entrega y quiere pasar a nuestras filas, obtendrá el grado de Sargento primero, y en buena paz y unión le ofrezco la mayor consideración y hermandad. Y si se oponen será destruido el fuerte por cuatro bombas de dinamita y 300 hombres que, a las nueve próximamente, los tendrán sitiados. La contesta la espero enseguida. Queda de usted con consideración. El Capitán José María Rojas Fulero. Por orden, el ayudante, C. Crespo". 


Santa Eulalia, que así se llamaba el Guardia Civil Segundo que ejercía de Comandante de Puesto contestó a Rojas con esta otra carta:

"Señor don José M. Falero, muy Señor mió: Enterado de su atenta carta, debo de manifestar que yo soy muy español y sobre todo pertenezco a la Benemérita Guardia Civil, y que habiéndome mis dignos jefes honrado con el mando de este Destacamento prefiero mil veces la muerte que yo serle traidor a mi patria y olvidar el juramento de fidelidad que presté a la gloriosa bandera española, en cuya defensa derramaré hasta mi última gota de sangre antes de cometer la vileza de entregarme con vida a los enemigos de España y de mi Rey. El ascenso que me proponen para nada lo necesito, pues estoy orgulloso de vestir el uniforme de Guardia Civil y soldado y mi mayor gloria seria morir con él. Mis jefes también saben premiar a los que saben defender su honra, y así es, que reunido con todos mis dignos compañeros, rechazamos con energía todas vuestras predicaciones y amenazas, y estrechados como buenos hermanos y como defensores de este pedazo de terreno gritamos, pero muy alto, para que ustedes lo oigan: ¡Viva España!, ¡Viva nuestro Rey!, ¡Viva la Guardia Civil! Aquí estamos dispuestos a morir, vengan cuando gusten a tomar el pueblo, para que lleven su merecido. Dolores, 27 de octubre. El Guardia de segunda Cándido Santa Eulalia" .

Con estas palabras dejó bastante claro que de ahí no les movía ni Dios y que fuesen a por ellos si tenían huevos.

El líder Rojas les mandó un último escrito:

"Amigo mió: Me gusta tratar siempre con el hombre valiente y caballero. Yo tengo una orden superior para que hoy sin falta tome el fuerte y cumplir lo mandado contra ustedes; pero al ver hasta donde llega su educación y valentía, dejo por hoy de cumplir mi deber, y haré además desistir a mis jefes de cometer este acto que es infame por que ustedes nobles españoles, no harán más que cumplir como los héroes de vuestra patria. Yo trataré de dar mis excusas y buscar los medios que estén a mi alcance para cuanto pueda en bien de vosotros. Ruego a usted que dispense; desde hoy, como defensores de una idea seremos enemigos, pero en lo tocante a nuestra personalidad, puede usted contar con un buen amigo y servidor, el capitán José María Rojas Falero. Por O.el ayudante, C. Crespo“.

Después de esto solo nos queda recordar el artículo número uno de la Cartilla del Guardia Civil, que viene que ni pintado a esta cápsula de historia: EL HONOR ES MI DIVISA.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Un duelo con dos perdedores


Estatua de Carlos I de Nápoles
 y Sicilia (Carlos de Anjou).

La historia de tan inverosímil duelo nos lleva al año 1282, cuando los sicilianos se rebelaron contra el hasta entonces su rey, el francés Carlos de Anjou, y ofrecieron la Corona de Sicilia (que comprendía no solo la isla de Sicilia, sino también Nápoles) al monarca aragonés Pedro III.

Arrancó entonces una guerra entre ambos soberanos. Una guerra que nos ha dejado una de esas curiosas historias que gusta comentar. Ambos reyes deseaban acabar lo antes posible con esa guerra así que acordaron que el soberano de Sicilia sería quien saliera vencedor de un duelo. Así de primeras fueron muy valientes, pero debieron pensárselo mejor, porque durante las negociaciones para acordar los detalles de la lucha sustituyeron el combate entre reyes por una batalla entre doscientos caballeros, cien por cada facción. Así pues, los caballeros que salieran vencedores darían el reino siciliano a su señor, Carlos de Anjou, o Pedro de Aragón.

Retrato de Pedro III de Aragón.
El día fijado para el lance fue el 1 de junio de 1283 en Burdeos, territorio inglés por entonces. Pero como no se había fijado una hora, cada rey acudió en momentos distintos del día, Pedro de Aragón por la mañana, y Carlos de Anjou por la tarde, sin coincidir, por lo que ambos se consideraron vencedores y acusaron al contrario de cobarde por no presentarse al encuentro.

Como era de esperar, este, en principio, tan determinante duelo no decidió nada ni cambió el curso de la guerra.

Finalmente la guerra acabó mucho más tarde, en 1302, con la firma de la Paz de Caltabellota, en la que se hacía constar la división del reino en dos: Sicilia, que pasaría a manos aragonesas, aunque como reino independiente, y Nápoles, cuya soberanía volvería a la casa Anjou.

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