No hace falta acudir a los siglos XVI o XVII para encontrarse una gran victoria española. En el siglo XIV, de la mano del Reino de Castilla, se logró una victoria aplastante contra Inglaterra. Además se trató de una batalla naval, algo que a los ingleses les tuvo que tocar la fibra, puesto que hasta entonces ellos dominaban el Océano Atlántico.
Escudo de la Corona de Castilla |
El 20 de junio de 1372 y en el desarrollo de la batalla de los 100 años, el conde de Pembroke (Juan de Hastings, yerno del rey Eduardo III de Inglaterra) acudió al puerto de La Rochelle comandando una armada inglesa de 50 barcos.
La Rochelle (en español La Rochela) era una ciudad inglesa situada en lo que hoy es Francia. Los franceses la estaban sitiando, y la citada flota inglesa acudió en auxilio de los asediados.
Castilla, aliada de Francia en la guerra, acudió para apoyarle por mar en el asedio. El día 21 llegó al puerto la armada castellana de 20 ó 22 barcos (no se sabe exactamente la cifra correcta), al mando del genovés Ambrosio Boccanegra. Poco tardaron los castellanos en darse cuenta que no tenían la más mínima posibilidad, los ingleses poseían más del doble de barcos, además de ser mucho más grandes y poderosos. Pero como más vale maña que fuerza Boccanegra ordenó la retirada.
Pintura de la Batalla de La Rochelle |
¿Por qué maña? Pues porque si los navíos ingleses eran más grandes, también eran de mayor calado y podían quedar varados si perduraban en el puerto hasta la bajada de la marea.
Cuando se produjo la bajamar, el día 22, la flota inglesa quedó varada en el puerto, tal y como se esperaba, entrando entonces los castellanos con sus, más pequeños, barcos. La batalla fue una auténtica paliza, para los británicos por supuesto. Los castellanos usaban, por primera vez, artillería de a bordo.
Fotografía de la entrada al puerto de La Rochelle en la actualidad. |
Los anglosajones perdieron la totalidad de su flota: barcos hundidos, quemados o capturados. Ocho mil (sí, 8.000) ingleses fueron apresados y no hay muchos datos de sus muertos.
¿Bajas castellanas? Ni un barco perdido. Entre los hombres castellanos he encontrado poco, o nada, en la red, se habla de escasas, insignificantes o nulas bajas.
Cabe destacar, que casi todos los prisioneros ingleses fueron perdonados y liberados poco después. A excepción de algunos caballeros importantes, y del propio conde de Pembroke, por los que se pidió una recompensa.
Algunas fuentes mencionan que los barcos castellanos ya se encontraban en La Rochela cuando llegaron los ingleses, produciéndose entonces la retirada hispana. Yo he dado por buena la versión que os he narrado pero vamos, que el resultado es el mismo en ambas interpretaciones.
Nunca mejor dicho aquello de "Una retirada a tiempo es una victoria".
ResponderEliminarSaludos y seguimos venciendo.
"Una retirada a tiempo es una victoria" y "Más vale maña que fuerza" son dos refranes que vienen que ni pintados a esta historia.
ResponderEliminarBuenas Viriato.
ResponderEliminarPues una grandiosa cápsula esta y una nueva cápsula que me resultaba desconocida. Lo llamativo es que de nuestra historia naval a la gente sólo nos venga (me incluyo puesto que en temas navales soy un ignorante) a la mente lo acontecido con la Armada Invencible cuando ostentamos sobresalientes episodios de la historia de los mares como el que relatas o el de Cartagena de Indias, por indicar alguno. Es reseñable, con mayor razón, la actitud caballeresca y elegante mostrada por los españoles para con los presos ingleses. Algo no muy frecuente en aquellos tiempos.
Un saludo Viriato.
Tienes razón Wittmann, hay muchos episodios, navales o no, en los que los nuestros han destacado.
ResponderEliminarY con respecto a los presos, efectivamente por aquel entonces la costumbre era arrojar al mar a los prisioneros, pero Boccanegra los liberó sin más.
Me gusta su blog, me uno como seguidor. Buena tunda supo darles el Genovés.
ResponderEliminarSaluditos.
Me alegro que te guste y si, menuda tunda les dió.
ResponderEliminarHas puesto "batalla de los Cien Años" y es "Guerra de los Cien Años". Por lo demás genial, no puedo parar de leer.
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