Soldado junto a un lanzagranadas. |
Durante la Guerra Civil Española el bando nacional utilizó lanzagranadas para bombardear a soldados republicanos con octavillas en las que se prometían 3 horas de siesta diarias para quien se pasase al bando franquista.
Y es que ni siquiera durante la guerra los españoles perdonaban el "deporte" nacional por excelencia. La siesta era respetada por ambas facciones, era muy habitual dormir un poco después de comer, antes de volver a la "faena".
La propaganda fue muy utilizada durante la Guerra Civil, en forma de octavillas, emisiones de radio e incluso "oradores" que gritaban de una trinchera a otra. También se utilizaron maneras más ingeniosas, como lanzar panecillos envueltos en octavillas propagandísticas para convencer a las tropas republicanas que en el bando nacional la comida sobraba.
Fuente: laverdad.es
Fuente: laverdad.es
Ay, pero qué curioso!! Si es que para nosotros la siesta es sagrada!!!
ResponderEliminarUn saludo!
Buenas Viriato.
ResponderEliminarAlgo había oído acerca de esta singular anécdota que hoy nos traes. Me recuerda a las buenas prácticas que Rommel haría años después con el 8º Ejército británico. Son estas conductas las que, casi tanto como las grandes gestas, distinguen a los alto mandos.
Un saludo.
¿A qué te refieres con lo de Rommel?
EliminarCuando estaba destinado en el Pirineo Aragonés, llegué a ver esas octavillas. Me las enseñó un amigo que las guardaba como recuerdo.
ResponderEliminarUna reliquia serán esos panfletos a día de hoy.
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