Carlos I de España y V de Alemania. |
Tras el nombramiento de Carlos I de España como emperador del Sacro Imperio Románico Germánico, Francisco I de Francia atacó los Países Bajos y Navarra, para ayudar a Enrique II de Navarra a recuperar su reino.
España no tardó en repeler el ataque francés. Carlos I de España y V de Alemania se alió con Inglaterra y los Estados Pontificios, estallando la Guerra italiana de 1521-1526, que los enfrentaría a Francia y Venecia.
El conflicto se trasladó a tierras italianas, donde se sucedió la famosa Batalla de Bicocca (en El Milanesado) el 27 de abril de 1522. En este enfrentamiento las tropas españolas defendían la posición italiana en clara minoría ante los atacantes franceses, apoyados por 15.000 piqueros suizos mercenarios. Los asalariados suizos movieron ficha primero (lo cierto es que presionaron a Francisco I para atacar inmediatamente o se marchaban del combate, puesto que aún no habían recibido sus pagas), cargaron contra las tropas españolas pero, antes de llegar a su posición, se encontraron con una pequeña cuesta que les impidió completar la carga. Fue entonces cuando los españoles, aprovechando su posición elevada ventajosa, masacraron a los suizos gracias a la efectividad del arcabuz. Los que conseguían llegar a la posición de las tropas imperiales eran rechazados por los lansquenetes (piqueros alemanes). Los suizos, tras haber perdido más de 3.000 hombres sin haber llegado prácticamente al enfrentamiento cuerpo a cuerpo, se retiraron de la refriega. Las tropas francesas tampoco lograron romper las líneas españolas. Desde entonces, en castellano, se llama “bicoca” a algo que se consigue fácilmente.
Arcabucero español. |
La batalla de Bicocca supuso, podríamos decir, el inicio de un nuevo método de guerra, en el que la pólvora robaba protagonismo a la lanza.
El 24 de febrero de 1525 Francia, con el rey Francisco I al frente, en la Batalla de Pavía, se enfrentó de nuevo a las tropas germano-españolas. Francisco I de Francia no solo perdió la pugna sino que fue apresado por un soldado español.
Tras capturar al rey francés finalizó la Guerra de los Cuatro años (como también se conoce a la Guerra italiana de 1521-1526), aceptando un armisticio donde renunciaba a toda ambición territorial en Italia. Pero cuando fue liberado y regresó a territorio galo rechazó los términos del tratado firmado, comenzando la Guerra de la Liga de Cognac.
Continuará…
Me has hecho recordar a una buenísima profesora de historia que tuve, a cuando nos contó lo de bicoca.
ResponderEliminarBesos
La verdad es que lo de bicoca es una bonita historia, que yo descubrí hace no mucho.
ResponderEliminarGracias una vez mas por la lección de historia.
ResponderEliminarSaludos.
De nada Carlos.
ResponderEliminarEstimado Viriato, ¡qué interesante conocer el origen histórico de muchas de las palabras y expresiones de nuestro castellano! Este término y el de "ganga" tuve la oportunidad de conocerlos este verano de la mano de nuestro común amigo bloguero Miguel Ángel, y, repasada su entrada y leída la tuya, reconozco que os complementáis de maravilla, aportando ambos elementos de gran interés.
ResponderEliminarEnhorabuena y sigo a la espera de la continuación prometida.
Mil saludos.
Gracias profedegriego. Yo también había leído la entrada de Miguel. La historia de Ganga me gustó bastante más, una pena que no haya demasiadas fuentes al respecto para poder confirmarla.
ResponderEliminarSi es que... Buenos tiempos aquellos, en los que cualquier afrenta, por nímia que fuera, era fregada y frotada con sangre. Nada comparable a lo de ahora, en la que sómos un país deprimente y deprimido. Tendríamos que haber aprovechado la crisi, enrolado parados y a conquistar Europa. Total, no tenemos nada que perder, salvo la honra.
ResponderEliminarUn saludazo.
Buenas Viriato.
ResponderEliminarUna vez más no dejan de sorprenderme tus cápsulas. Pero esta me parece especialmente significativa dado que, además de ser una de esas grandes historias de nuestro país, ha dado lugar a una de esas grandes expresiones de nuestro hablar. Y eso sólo pasa con los países con peso histórico y con las grandes gestas. Véase "arde Troya" o similares...
Saludos.
Peinado, lo tuyo tienes que mirártelo jajaja.
ResponderEliminarWittmann, que razón llevas. También hablé hace tiempo de "quemar las naves", otra frase con su origen en nuestra historia.