Papa Clemente VII |
El "Sacco di Roma" y "Paix des Dames". Continuación de La batalla de Bicocca.
Cuando Francisco I regresó a Francia tras su cautiverio en Madrid decidió continuar con su “lucha” contra el Emperador Carlos I. Se alió con Venecia, Florencia, Milán y los Estados Pontificios (curioso que el Papado se aliara con Francia, puesto que en la Guerra de los Cuatro años eran enemigos, pero al parecer el Papa Clemente VII quería acabar con la dominación imperial en Italia). A esta coalición se la conoce como “La Liga de Cognac”. En 1527, ya avanzado el conflicto, Enrique VIII de Inglaterra entraría en el conflicto del lado de la Liga. Frente a ellos Carlos de Habsburgo y su imperio: España y el Sacro Imperio Romano Germánico. La guerra de la Liga de Cognac duraría desde 1526, mismo año de la liberación de Francisco I, hasta 1530.
Pintura que refleja el saqueo de la ciudad. |
Un golpe duro contra la Liga, más concretamente contra los Estados Pontificios, se dio el 6 de mayo de 1527, fecha en la que se produjo el “Sacco di Roma”. Tropas imperiales que no habían recibido su salario por falta de fondos forzaron a Carlos III de Borbón (No confundir con Carlos III de España, s. XVIII), que los comandaba, a dirigirse a la ciudad de Roma para saquearla. Aunque eran bastantes más que los defensores de Roma, esta contaba con buenas defensas y artillería. En su asalto cayó Carlos III, lo que afectó a la moral de las tropas, para bien porque el mismo día de su muerte se conquistaron los muros romanos pero, para muy mal, en el sentido de que el Borbón era el único capaz de frenar el ansia de pillaje de sus tropas. Comenzó entonces el saqueo de la ciudad, masacrando a la población y embistiendo en toda clase de edificios, tomando cuando podían. La Guardia Suiza se enfrentó al ejército hispano en la entrada de la Basílica de San Pedro. Fue masacrada pero, gracias a su arrojo permitieron al Papa Clemente VII escapar a través de un pasadizo secreto hasta lugar seguro (En honor a esta refriega, los guardias suizos de nueva incorporación prestan juramento el 6 de mayo de cada año). Un mes después el Papa se rindió y pagó un rescate para acabar con la ocupación de la ciudad. A Carlos I le disgustó el saqueo y se disculpo al papado, pero de todas formas Clemente VII no volvió a llevarle la contraria al emperador durante el resto de su vida.
Guardia Suiza en formación. |
La batalla más decisiva de la guerra, y casi la última, fue la de Landriano (ciudad cercana a Pavía) el 21 de junio de 1529. Donde refuerzos franceses fueron interceptados y derrotados por tropas españolas comandadas por Antonio de Leyva.
Tras este, de nuevo, varapalo, Francisco I intentó lograr la paz con Carlos I. Una paz que fue negociada en Cambrai (Francia) por la madre del rey francés, Luisa de Saboya, y la tía del emperador, Margarita de Austria. Este acuerdo es conocido como "Paix des Dames" y, esta vez sí, fue cumplido por el rey francés, muy a su pesar.
España 2 - 0 Francia
Muy interesante y a la vez entretenida (cosa que consigues a menudo). Solo un pequeño apunte, podrías hacer alguna indicación sobre quien era Carlos III de Borbón, ya que su nombre lleva a pensar inmediatamente en el rey español del XVIII y crea un poco de confusión.
ResponderEliminarUn saludo y nos seguimos leyendo.
Tienes toda la razón Yayo. El Carlos III del que se habla en esta entrada es un noble francés, condestable de Borbón, que en 1521, en plena guerra de los Cuatro Años cambió de bando a favor del emperador Carlos I de Habsburgo. El motivo de traicionar a Francisco I de Francia fue, según he estado leyendo por ahí, causa de un juicio, querella o pleito que había entre ambos por una herencia territorial.
ResponderEliminarOtro dato a añadir. Al parecer Carlos III, al percatarse de la gravedad de sus heridas,se cubrió con su capa para evitar que sus hombre se percataran de su muerte y afectar en su moral.
ResponderEliminarBuenas Viriato.
ResponderEliminarEspaña 2 - Francia 0. Efectivamente. Y creo que en el bando germano tambieén pueden apuntarse unos cuantos puntos "históricos" a costa de los ejércitos galos. Lo notorio es el hecho de que no sólo Clemente VII no volviese a llevar la contra al monarca español, sino que rara vez un Papa volvió a llevar la contra a un máximo mandatario español (aunque el propio Franco tuvo sus controversias en Pio XII, creo recordar). Tener el Papado al lado del imperio fue, nunca mejor dicho, una bicoca.
Saludos.
No solo los alemanes, sino otras tantas regiones de Europa que lucharon en el bando o el ejército imperial. Aunque yo normalmente hable de "tropas españolas", en el Sacco di Roma, por ejemplo, hablamos de una fuerza de españoles, alemanes e italianos.
ResponderEliminarEs de cuando se hacían las cosas bien, que duda cabe. Imaginaos la suerte de un comando terrorista en aquella época, el comando masacrado y el pueblo del mismo arrasado hasta los cimientos. Esos Tercios que ya no volveran de su pica tu cabeza a colgar...
ResponderEliminarUn saludazo.